Tengo ya más años de los que espero cumplir, pero aún tengo ilusión por cumplirlos. Han sedimentado en mi trayectoria vital los suficientes fracasos literarios como para no hacerme vanas esperanzas respecto de mi talento, y en consecuencia hace tiempo que aprendí a disfrutar con mi vocación sin aspirar a contratos, fama y una legión de seguidores.
Mi trabajo -el de verdad, que decía mi madre- me deja poco tiempo y aún menos presencia de ánimo para adentrarme en cualquier fabulación con las debidas garantías. Como abogado, mi estilo habitual de escritura ha de ser necesariamente parco, preciso y tendencioso, y desde luego desprovisto de magia, romanticismo y trascendencia.
Y todo se moría de pura inercia hasta que un buen día decidí reservarme un trocito de tiempo y un pequeño espacio en internet donde plasmar cualquier obra que aún fuera capaz de crear, y así nació Relatos Breves Fritos (el título es un torpe homenaje a la película Tomates Verdes Fritos). La idea es publicar al menos un relato breve cada semana, aunque la falta de práctica y tiempo no me permita pulirlos todo lo deseable, pero marcándome esa política de mínimos no deseo otra cosa sino reengancharme al inefable vicio de fabular.
Espero que, pese a todo, lo que leáis sea de vuestro agrado.
Erre Medina